Me encanta cómo me miras. Cuando buscas el contacto conmigo, en la cama, acariciándome el brazo o la pierna o cuando me miras hasta que te miro. Porque sí, sin tener que decir nada.
Esa calma que siento cuando estoy cerca de ti, ese estar en casa, esas miradas en el coche de complicidad. Aunque se me da bien disimular tengo la edad que tengo y en algunas ocasiones todo esto me vendrá grande... pero me gustas, y estoy muy orgullosa de poder decir que el pasado está ahí, en el pasado. Y que voy a luchar por ti.
Es como si ya nos conociéramos...
El Palmar, Cádiz. 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario